- Jueves 6 de febrero a las 20:30 y a las 21:55
- MK2 CINE PAZ (C/ Fuencarral, 125)
- PRECIO: 10,90 EUROS (Sesión doble con «Los hermanos bárbaros»)
- ENTRADAS YA A LA VENTA EN TAQUILLA Y EN www.cinepazmadrid.es
- GÉNERO: AVENTURA / COMEDIA / ESPADA Y BRUJERÍA / FANTASÍA
- PAÍS: ESTADOS UNIDOS
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- VERSIÓN ORIGINAL EN INGLÉS SUBTITULADA AL CASTELLANO
¡ENTRADAS AGOTADAS PARA LAS 20:30! ¡ABRIMOS NUEVA SESIÓN PARA LAS 21:55!
Tras producir la primera parte en Argentina (estrenada en España como “El último guerrero”), Roger Corman le encargó la secuela a Jim Wynorski, que acababa de terminar la divertida “Robots Asesinos” (1986). Pero cuando llegó al hemisferio sur, el director se encontró con un guion que consideró lamentable. Y esto viene de alguien que en el futuro dirigiría películas como “Ghoulies IV” (1994). Así que decidió tomar el camino más inteligente y convertirlo en una comedia. Concretamente, en un remake de “Sucedió una Noche” (1934) de Frank Capra. Pero mucho más idiota. Y, como apenas había actores que hablaran bien inglés, decidió que su novia Monique Gabrielle, que venía de hacer una aparición que se quedó grabada en las impresionables mentes de toda una generación en “Despedida de Soltero” (1984), hiciera dos papeles. Lo cual fue otro acierto, dado que la buena mujer tenía la capacidad interpretativa de una alcachofa neurodivergente y sus intentos, más que lamentables (que también), resultaban adorables.
Para el papel de Clark DeathGablestalker, el director seleccionó a John Terlesky, con quien había trabajado en “Robots Asesinos”, el cual claramente comprendió en qué tipo de película estaba y decidió que su
guerrero bárbaro iba a estar más cerca de un Errol Flynn surfista californiano que de la seriedad de su predecesor en el papel. Para poner la guinda en el pastel de diversión, Wyrnoski contrató a su también
amigo Chuck Cirino para realizar una banda sonora que mezclara el cine de aventuras con la comedia. De esta manera, creó el tema principal más memorable de la historia del cine cutre.
Chistes malos, poco dinero, autoconciencia, belleza, cabalgadas sobre terrenos medievales en los que se ven las huellas de los neumáticos y un épico cartel de Boris Vallejo para engañar a los visitantes a los
videoclubes. O, en otras palabras, el cielo para aquellos que aplauden que, ante la adversidad presupuestaria, lo mejor es tomar el camino inteligente: hacer el imbécil.